Saint-Pierre ocupa una magnífica parcela de 17 hectáreas, en una antigua finca. Su historia es una historia de divisiones y resurrección. Desde 1982, Saint-Pierre ha vuelto a ser un todo: una trinidad formada por un viñedo, una bodega y un castillo, unidos para siempre por la familia Triaud.
Hoy en día, la finca es la más pequeña y discreta de los Grands Crus Classés de Saint Julien de 1855: un paraíso precioso que pocos conocen, pero que todos aprecian. La expresión de su terruño, cada vez más pura e intensa, combinada con un pasado prestigioso y misterioso, encantará a una nueva generación de amantes del vino.
Condiciones de visita
- Visita guiada
Apertura
Viernes de 8 a 12 y de 13:30 a 15:30.
Cerrado los fines de semana, durante las vacaciones de fin de año y en agosto.
Precios
Los medios de pago
- Tarjetas de pago
- Efectivo
Precios
Las visitas son gratuitas y previa reserva.
fortalezas
Enfoque medioambiental
Château Saint-Pierre se compromete a preservar y respetar el medio ambiente a través de su certificación de alto valor ambiental (HVE) de nivel 3.
Historia y arquitectura
Su historia vitivinícola se remonta al siglo XVI. Una finca considerada una de las más antiguas del Médoc. En efecto, desde 1693, los archivos atestiguan la existencia de una finca vitivinícola, denominada “Serançan”, perteneciente al Marqués de Cheverry.
En 1767, el barón de Saint-Pierre lo adquirió y, según la costumbre de la época, le dio su nombre. Cuenta la historia que el valiente Barón contó con su santo patrón para que le abriera de par en par las puertas del paraíso.