Château Beychevelle tiene el alma forjada por tres siglos de historia ... La elegancia de su arquitectura clásica lo convierte en una de las joyas del Médoc. Bajo Enrique III, Beychevelle fue el bastión de los duques de Epernon y, en particular, del primero de ellos, Jean-Louis Nogaret de la Valette. Gran Almirante de Francia, gobernador de Guyenne y hombre todopoderoso ya que, según la leyenda, los barcos que pasaban frente a su castillo tenían que arriar las velas en señal de fidelidad. De ahí el nombre Beychevelle que significa "Drop-Veil".
La leyenda que rodea al Château Beychevelle y al primer duque de Epernon está en el origen de la nueva bodega, el mundo de las velas, el barco y, en general, el viaje que guió al arquitecto Arnaud Boulain en su realización.
Innovadora en su técnica y su arquitectura con formas cúbicas y grandes acristalamientos, la nueva bodega refuerza el trabajo de precisión ya iniciado.
Condiciones de visita
- Visita guiada solo con cita previa
- Se admiten grupos de 0 a 10 personas.
Apertura
De lunes a sábado de 9 a 00:12 y de 30 a 14:00 de mayo a septiembre inclusive.
Precios
Los medios de pago
- Alipay
- American Express
- Tarjetas de pago
- Efectivo
- No acepte cheques
Precios
Visita del Almirante: 35€/persona (1h15, cata de 3 vinos)
Insider Secrets: 60€/persona (1h30, cata a ciegas de 4 vinos)
Servicios
Equipamiento
- Accesible en cochecito
- Parc
- Estacionamiento de autocares
- Sala (s) de reunión
Servicios
- Tienda
- Wifi
fortalezas
Enfoque medioambiental
Château Beychevelle se compromete a respetar y preservar el medio ambiente a través de su conversión a una agricultura sostenible.
Historia y arquitectura
La historia de Beychevelle se remonta a 1565 con el primer barón de Beychevelle, el obispo François de Foix Candale.
Su sobrina se casó con Jean Louis Nogaret de la Valette. A la muerte de su padre, Nogaret de la Valette asumió el cargo de Beychevelle en 1594. Un hombre de poder, Gran Almirante de Francia y Duque de Epernon, el lindo Enrique III, hizo historia. La leyenda dice que los barcos que pasaban frente al Castillo tenían que arriar las velas en señal de lealtad al Duque. El nombre de Beychevelle vendría de este período cuando "becha vela" en gascón significaba "velo bajo" y así dio Beychevelle. El drakkar, emblema de Beychevelle, representa una barcaza, con el velo bajado, con la cabeza de un grifo, guardián del vino de Dionisio.